El desplazamiento anual de los cetáceos entre las zonas de alimentación y las zonas de reproducción se llama ciclo migratorio.
La migración de las ballenas grises del pacífico es típica: al principio del invierno, tal vez empujadas por numerosos cambios hormonales debidos al acortamiento de los días, éstas se desplazan hacia el sur para reproducirse en las lagunas calientes y poco profundas de las costas mexicanas. En el mes de febrero, las ballenas azules emigran de nuevo hacia el norte para alimentarse a lo largo de la costa de Alaska y del mar de Beaufort. Las madres se quedan en las zonas de reproducción un poco más de tiempo, con el fin de permitir a su cría obtener suficiente fuerza para el trayecto largo que les espera a ambos.
Las ballenas jorobadas siguen el mismo escenario. Éstas se reproducen en la zona de las Antillas, emigrando hacia el costado occidental del océano Atlántico en primavera, para dispersarse en las zonas de alimentación entre el golfo de Maine e Islandia. Una población menos importante emigra entre Noruega, África occidental y los archipiélagos de Cabo Verde.
Debido a la inversión de las temporadas en el hemisferio Meridional, las ballenas jorobadas se reproducen entre junio y octubre a lo largo de las costas tropicales de los continentes meridionales, y alrededor de las islas del pacífico tales como el Nuevo Caledonia y el archipiélago de Tonga. Estas poblaciones de ballenas pasan el verano en el océano Austral rico en kril que rodea el Océano Antártico.
La migración más grande efectuada por un mamífero marino es la de las ballenas jorobadas que pasan el verano en la península del Océano Antártico, en el sur del Cabo de Hornos, y se reproducen a la altura de las costas de Colombia y de Costa Rica.
La mayoría de las ballenas australes se quedan en mitad del Océano Austral, pero algunas se alimentan al borde de la banquisa del Océano Antártico. Sus zonas costeras de reproducción se sitúan principalmente a lo largo de las costas meridionales de África, en América del Sur y en Australia.
La migración de la mayoría de los cetáceos con dientes no es tan precisa como la de los cetáceos con papada. De hecho, una gran parte de ellos es nómada, en lugar de migratorio. La única migración conocida de este tipo de ballenas es la del gran cachalote: mientras que las hembras y los jóvenes machos se quedan en las aguas calientes, en verano los machos adultos emigran hacia las aguas polares para alimentarse de vastas cantidades de calamares, volviendo con las hembras en invierno para reproducirse.
FUENTE:Anipedia noticias Google
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